Corramos un tupido velo, olvidemos todo lo que pasó, ahoguemos nuestras penas en una, bien fría, botella. Recordemos los buenos momentos, las risas, olvidemos lo negro, recordemos lo blanco y hagamos como que no existiera esa infinidad de posibilidades entre ambos. Pensemos en el pasado, miremos al futuro, vivamos el presente. Sea como sea, hagamos algo novedoso, sorprendamos al mundo. Destruyamos, creemos, quizá en algún lugar de nuestros cuerpos, de nuestras almas, de nuestras mentes, de nuestros corazones, de nosotros mismos salga algo bueno, bonito, diferente, extraordinario, algo único, algo que nos pertenezca a nosotros y nadie nos lo pueda quitar, ni nosotros mismos, algo que se acerque a la perfección. Algo inolvidable que permanezca entre nuestros más 'perfectos' recuerdos, entre nuestras más 'perfectas' acciones. En nosotros y en nadie más.
19 de Junio.