jueves, 8 de noviembre de 2012

Y como otros hicieron antaño, yo sigo la tradición milenaria de la escritura.
Al igual que los grandes y pequeños escritores, plasmo mis sentimientos en mis obras, siendo ellas un reflejo de la realidad que hemos vivido, una realidad que nunca morirá ya que los escritos y los escritores nunca morirán.

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